Hablar de innovación es hablar de cambio, de hacer y buscar soluciones diferentes a problemas que aún no hemos resuelto, decía Einsten que es “una locura es hacer la misma cosa una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

En el ámbito de la discapacidad y la innovación, la meta es la inclusión y la participación, y lo que debemos preguntarnos es cómo lograrlo para que la inclusividad sea 360 º, es decir que tenga en cuenta la discapacidad con toda la diversidad humana en todo los ámbitos, es decir, que incluya aspectos como  mujer y discapacidad, personas con discapacidades más severas, o también y muy importante entorno rural o las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Al mantener la mirada de 360º evitamos que los fenómenos de multiexclusión se multipliquen, es como una mirada continua que de forma constante se pregunta si estamos todos, y si no lo estamos analiza las barreras para poder eliminarlas.

 

En relación a las TIC me gustaría hacer una llamada de atención, por su  valor y capacidad  para darnos visibilidad, pues nos permiten salvar todas las barreras físicas de los entornos, nos abre, con un click a la comunicación con el mundo, lo que para muchas personas con discapacidad es una posibilidad antes impensable y que le habilita para relacionarse con los demás por un lado, y por otra para otros ámbitos como el de ciudadanía, el teletrabajo,  o el mismo activismo. Por ello,  esto nos lleva necesariamente a una segunda reflexión: hay que tener en cuenta que si reproducimos a nivel web la inaccesibilidad física, como está sucediendo, no sólo estamos reproduciendo un problema al que no hemos sido capaces de dar solución, sino que además estamos manifestando un problema de fondo que arrastramos, y es la falta de respeto y de conciencia, por ello  la  accesibilidad de las TIC no es sólo irrenunciable, sino que es un terreno esencial de inclusión, por ello, debe exigirse sin paliativos, sin concesiones y sin descanso. En el siglo XXI no es tolerable que se condene, por falta de accesibilidad, al analfabetismo digital, pues esto lleva a la pobreza y a la exclusión en todos los ámbitos. 

 

Retomando la idea de la innovación, creo que hemos dado un gran paso, y este paso es la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Este texto, nos marca la línea de actuación, nos dice qué es igualdad, autonomía, diversidad, libertad, o independencia, nos define derechos en clave de discapacidad, es decir, nos dice cómo ser inclusivos,  afirma la igualdad a través, entre otros, de la accesibilidad y los ajustes razonables, y, además, nos señala un punto de inflexión: la toma de conciencia, el ser capaces de entender y respetar qué es la discapacidad.

 

Por ello, creo que no debemos tratar de inventar la rueda, porque ya la tenemos y me refiero obviamente a la Convención, sino que, lo que debemos es hacerla rodar….pasar de las palabras a los hechos…el cambio de paradigma de la Convención es la innovación social que necesitábamos, por cuanto identifica la barrera en la Sociedad….por ello, hay que comunicarse de forma intensa y continuada con la Sociedad y con las organizaciones de personas con discapacidad y sus familias, para que asuman dicho cambio que pasa por la transformación social. Y es aquí donde para pasar a la acción hemos de ser más imaginativos, tener mayor innovación, aprender a llenar los espacios y la ignorancia, aprender a pedir y reclamar los derechos que en igualdad nos pertenecen y que la Convención, muestra como darles un verdadero contenido.